La lista violeta,
mayoría del Consejo Directivo de Ademys, impulsa la formación de una
"federación" docente nacional junto con otros sindicatos de distintas
provincias. Desde Tribuna Docente hemos participado de los distintos plenarios
convocados desarrollando una serie de impugnaciones a este planteo.
El impulso de una
"federación" docente nacional es llevado adelante por el sector de la
CTA de Pablo Micheli. Fue votado en el congreso de la central en marzo de 2011
-un congreso cuyos participantes fueron todos de la lista 1, sin representación
de las minorías y al que estuvieron invitados Ricardo Alfonsín y Hermes
Binner-. Luego, en febrero pasado, convocaron a un encuentro docente nacional
que, en lugar de resolver una iniciativa frente a las paritarias, "resolvió"
darle impulso a la creación de la "federación" para "retornar a
la Ctera de los '90" (es decir, a la Ctera de Mary Sánchez que ha dejado
pasar las leyes noventistas de destrucción de la educación, el salario y las
condiciones laborales).
Señalamos que la
creación de tal “federación” por arriba, sin una deliberación real en la base
docente, resulta una operación de confusionismo y fragmentación del movimiento
obrero. Somos partidarios de una intervención sistemática, independiente y anti
burocrática en los sindicatos de masas. La especie de que es necesario crear
una nueva Ctera porque "la vieja no nos representa y es una experiencia
agotada", deja de lado la más elemental distinción entre las
organizaciones y su dirección. La descomposición de la dirección yaskysta de la
Ctera y su integración al Estado impone la cuestión de la recuperación de las
entidades de base y de la propia Ctera.
Las expectativas
puestas en el sector de Micheli no tiene en cuenta que hasta hace poco ambas
fracciones -yaskismo y michelismo- conducían la Ctera y la CTA con los mismos
métodos con los que actualmente se manejan ambas CTAs. La CTA de Micheli -al
igual que la de su par Hugo Yasky- no se rige por congresos de base, ni a
través de asambleas con mandatos, ni reconoce las minorías en las conducciones.
Todas las seccionales y
entidades de base de Ctera recuperadas a la celeste -como recientemente en
Neuquén- dan cuenta de que, además de necesario, es posible enfrentar a la
burocracia como oposición independiente y combativa. El impulso de la
"federación" va en sentido opuesto a esta orientación. Los que
actualmente dirigen la CTA de Micheli han hecho causa común con el fraude en el
Suteba La Plata Legítimo, junto a Roberto Baradel.
La dirección de la CTA
de Micheli busca una articulación política con un sector de la burguesía -el
FAP de Binner- que promueve una normalización económica a partir del ajuste,
los tarifazos y la devaluación. La CTA de Micheli está orientada a fondo en un
frente con Hugo Moyano. Marcamos que el moyanismo no busca enfrentarse al
gobierno defendiendo reclamos obreros, sino que busca agrupar, por un lado, a
la burocracia sindical en defensa de sus propias prerrogativas y, por otro, una
articulación política con la derecha del PJ, con José Manuel De la Sota en
primer lugar -quien reprimió a estatales, docentes y jubilados movilizados
contra el ajuste en Córdoba-. Ambas fracciones de la burocracia sindical
-Moyano y Micheli- se han unido con la Federación Agraria, la Federación
Universitaria Argentina (Franja Morada, UCR) y el PJ disidente para oponerle al
gobierno nacional una nueva "unión democrática". Son una vía muerta
para defender los reclamos de la docencia y la clase obrera.
La crisis y el ajuste
han realineado a todas las tendencias del sindicalismo docente. Los
gobernadores de todo el arco político -desde Binner a Scioli y desde Peralta a
Macri- se plantaron con un ajuste contra la educación pública y el salario
docente. Detrás de esta posición está, por un lado, el quebranto de las
finanzas provinciales, producto de un régimen de entrega a favor de los pulpos
agroindustriales y mineros de todo el país y, por otro, la crisis fiscal y
política del propio gobierno nacional decidido en avanzar con el tarifazo y el
ajuste, descargando la crisis sobre los trabajadores. La rebelión salarial
docente a comienzos de año ha llevado a la dirección kirchnerista de Ctera al
primer paro nacional de toda la etapa K. La burocracia de Ctera se encuentra en
una profunda crisis producto de las presiones del gobierno nacional, por un
lado, y de la base docente, por otro.
Frente a este escenario
de crisis y ajuste, corresponde dar una pelea a fondo por la recuperación de
las organizaciones sindicales, especialmente Ctera. Al mismo tiempo, debemos
superar los límites de las direcciones burocráticas e impulsar y organizar la
necesaria rebelión docente y educativa. Los límites de la CTA de Pablo Micheli
y su "federación" docente son insalvables. La "Ctera
paralela" bajo el ala del ex socio de Yasky se presenta de forma burocrática,
sin un programa y sin una perspectiva de reagrupamiento para la lucha. Este
planteo forma parte de una lucha faccional entre el michelismo y el yaskysmo,
tomando de rehenes a los docentes y a sindicatos con una importante trayectoria
-como Ademys-.
Tribuna Docente
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