El “congelamiento” de precios pactado entre el gobierno y
los supermercadistas ‘hace agua’ desde el vamos.
Se produce luego de la
escalada infernal de precios en enero, que equivale a un 30% anual.
Los supermercados
condicionaron el acuerdo a que “los proveedores no les aumenten los precios”.
Los súper ya tomaron sus
recaudos: dejaron en suspenso promociones y descuentos.
El “acuerdo” es una
pantalla para forzar a los sindicatos a pactar aumentos salariales por debajo
de la tasa de inflación.
Lo que quedará
efectivamente congelado es el poder adquisitivo del salario en los niveles del
año pasado.
Los K quieren ‘congelar’
una inflación que, sin embargo, no reconocen.
Los dirigentes de la CTA
y CGT opositoras han denunciado que estamos ante una maniobra contra las
paritarias.
Pero presentan como
respuesta una ‘marcha’ a mediados de marzo.
Al control de precios que
no controla nada, oponemos un plan efectivo contra la carestía.
En primer lugar, cesar el
pago de la deuda externa usuraria y nacionalizar los servicios públicos, para
que cese la malversación de los subsidios por parte de los concesionarios.
Derogación de los
impuestazos y tarifazos;
Que se abran los libros
de todas las grandes empresas y se establezca un control obrero de sus
operaciones.;
Abajo el impuesto al
salario. 82% móvil, por paritarias libres;
Que se convoquen a asambleas
en sindicatos y empresas;
Tribuna Docente
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