En este cuadro, la reducción del salario es un
objetivo estratégico de toda la burguesía y de todos sus representantes
políticos. Para este frente común entre capitalistas, gobierno K y gobernadores
opositores, la anulación en los hechos de la paritaria docente será un modelo
para deprimir el resto de las negociaciones.
Scioli quiere para Buenos Aires un techo del 18% en
cuotas; Sapag, para Neuquén, un 17% (aceptado por todos los gremios estatales,
incluyendo la CTA “opositora”, y rechazado de plano por Atén recuperada).
Peralta, en Santa Cruz, se escuda en el gobierno nacional para ningunear un
aumento por segundo año consecutivo. El gobernador “socialista” del FAP de
Binner en Santa Fe, Antonio Bonfatti, creó su propio Indek para reducir el
salario de sus docentes: “el IPC santafecino cerrará el 2012 con una medición
de la inflación menor al 19% anual por debajo del 21% del 2011” (Clarín, 6/01).
La burocracia sindical celeste de Ctera también se
ha alineado con este frente. En la principal jurisdicción del país, Buenos
Aires, con los descuentos masivos a los docentes que pararon sobre fin del 2011
todavía adentro, “se supo que pedirán más del 20% de incremento y que la suba
rija desde el 1 de enero” (El Día, ídem). Hugo Yasky (CTA K) y Stella Maldonado
(Ctera) plantearon que su objetivo es un 25%. Para que se registre qué
significa, ello llevaría el salario básico a la cifra de $2000, y al inicial de
esa provincia a $3750, aproximadamente, contra una canasta familiar que ronda
los $7700. Es lo que ya firmó la burocracia celeste en Salta, provincia en la
cual la ADP del finado burócrata Choque, ahora heredada por su hija, arregló a
fin de año por un 22,5% en tres cuotas, sin que ningún docente salteño haya
sido siquiera informado de esa negociación.
Punto más, punto menos, con algún conformado según
las condiciones de cada provincia, la dirección ultra K de Yasky prepara su
aporte al ajuste cristinista. Yasky no lo hace gratis: aunque el kirchnerismo
le sigue negando la personería a “su” CTA, “espera cuatro decretos que le
permitan recaudar igual las cuotas sindicales, tener representación en todos
los conflictos sindicales, participar en las negociaciones colectivas y la
igualdad con las demás asociaciones sindicales en temas impositivos” (Clarín,
14/01).
En 2012, los docentes de prácticamente todo el país
protagonizaron grandes huelgas. Esas luchas fueron aisladas y divididas por la
burocracia sindical, que logró imponer un reflujo sobre fin de año.
La primera tarea para los sindicatos, seccionales y
sectores combativos de la docencia será superar el fraccionamiento de la lucha
provocada por la burocracia yasquista. El papel del combativo Atén provincial
recuperado, de Amsafé-Rosario y de las seccionales y sectores antiburocráticos
de Suteba será clave.
A partir de allí, se trata de establecer un
programa: Paritarias libres, $5000 de inicial y $4000 de básico de emergencia
ya por cargo testigo; restitución de asignaciones familiares; eliminación del
impuesto al salario; defensa del 82% móvil y de todos los regímenes
jubilatorios docentes especiales. Asambleas para votar el pliego de reclamos,
los delegados paritarios y el plan de acción para conseguirlo.
En tercer lugar, en un año de grandes desafíos como
la elección de Ctera y de sindicatos provinciales claves como Suteba o Amsafé,
se plantea la necesidad de poner en pie listas unitarias de los sectores
antiburocráticos y de la izquierda para recuperar los gremios, como lo marcó el
ejemplo del Fura de Atén.
Para debatir y resolver cómo desenvolver estas
tareas, Tribuna Docente realizará su congreso anual el próximo 15 de febrero.
Romina del Plá- Daniel Sierra
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