30.7.13

ANTE LAS ELECCIONES DE ADEMYS


Una nueva situación en el gremio docente
a partir de los triunfos de la oposición

En los últimos meses, un hecho domina el cuadro de situación del gremio docente: las importantes victorias de la oposición clasista ante el derrumbe de la burocracia de la lista Celeste en diferentes sindicatos de la Ctera. ATEN, recuperada a nivel provincial; Suteba, con 11 seccionales en manos de la Multicolor; la importante elección en el SUTE de Mendoza, en donde la oposición por primera vez está al frente de un distrito (Godoy Cruz); en Amsafe-Rosario, en donde se consolida la oposición.

Estas enormes victorias de la oposición expresan el derrumbe de la burocracia sindical de la Celeste kirchnerista de Roberto Baradel, Stella Maldonado y Hugo Yasky. Significan un importante avance del clasismo en la recuperación de los sindicatos de las direcciones integradas al Estado. Y dejan planteada la evidencia de una profunda ruptura de grandes masas docentes con el kirchnerismo.

La reciente oficialización de la lista unitaria de oposición en Ctera es una muestra de la madurez del gremio docente, en el marco de un desarrollo ascendente del clasismo en el movimiento obrero.

En todos los sindicatos queda planteada la necesidad de impulsar reagrupamientos clasistas que devuelvan a los trabajadores sus herramientas de base para la organización y la lucha contra el ajuste.

El movimiento obrero es un revulsivo de asambleas, reuniones, movilizaciones parciales e impulso de planes de lucha. El techo a las paritarias se manifiesta como una reducción diferida del salario, y el impuesto a las ganancias sobre los salarios son la medida del ajuste que el gobierno y las patronales descargan sobre los trabajadores para paliar la crisis y mantener los márgenes de ganancia de la "década ganada".

Según el propio INDEC, el 50% de los trabajadores cobran menos de $3500, y más del 35% está en negro o precarizado. Comparado con 2008, se cobran 1 millón y medio menos de asignaciones familiares por los topes impuestos, y el 75% de los jubilados cobra la mínima.

En este marco de ajuste y desorganización económica general, las centrales sindicales se "juegan la ropa"... como burócratas, es decir, garantizando a como dé lugar una política de contención de la movilización obrera.
El sindicalismo K se ha convertido en la "derecha sindical", justificando las paritarias a la baja y los ajustes como medio para "redistribuir la riqueza", comprometidos a fondo con el "modelo nacional". El sindicalismo "anti-K", es igualmente impotente para desenvolver un proceso de lucha que imponga al gobierno y las patronales una agenda obrera. Sus expectativas están puestas en el apoyo a diferentes opciones patronales (Moyano con De Narváez; Micheli, junto a Lozano y la ex burócrata de Ctera Marta Maffei y Fabiana Ríos, represora de los docentes fueguinos).

Necesitamos un sindicato docente para organizar a la docencia

Frente a este escenario, Ademys ha abandonado su tradición de lucha. Desde hace años Ademys es conocido por toda la base docente y el activismo como el sindicato que impulsa asambleas distritales y asambleas abiertas con mandato de toda Capital, con la capacidad de desarrollar procesos de lucha por fuera del corset de la burocracia Celeste de UTE-Ctera.

Sin embargo, Ademys viene desarrollando una tendencia regresiva: convertirse en un satélite de la CTA-Micheli, es decir, un sindicato subordinado a una de las variantes de la burocracia sindical.

La parálisis y la división interna de Ademys no puede ser mayor, en un cuadro de ataques del gobierno nacional y, particularmente, el gobierno de la ciudad. Luego de la reforma del Estatuto Docente eliminando en esencia las Juntas de Clasificación, el gobierno llevó adelante un masivo cierre de grados y cursos. Viene avanzando con la creación del Instituto Evaluador de la Calidad y Equidad Educativa, e imponiendo la reforma curricular en el nivel medio a imagen y semejanza de las resoluciones del Consejo Federal de Educación y la Ley Nacional de Educación.

A esto hay que agregarle las reivindicaciones propias que los docentes compartimos con el conjunto del movimiento obrero como la derogación del impuesto al salario, la reapertura de las paritarias, el 82% móvil y el cese de la precarización laboral que tiene amplias expresiones en el gremio docente.

Frente a esta situación, Ademys no está presente en las escuelas organizando a la docencia, convocando a asambleas, impulsado la organización y la lucha.

Bregamos para que todas las agrupaciones, activistas y compañeros de base combativos y antiburocráticos que se expresan y se referencian en Ademys impulsemos juntos una campaña que ponga a Ademys en movimiento, superando la parálisis y la fragmentación.

Este reagrupamiento será el germen de lo que puede llegar a convertirse en una Multicolor en las próximas elecciones, que debe plantearse como la articulación de todos los sectores independientes de las distintas variantes de la burocracia sindical y de toda variante patronal.


TRIBUNA DOCENTE 

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