A partir del lunes 17 se desató en la Ciudad de Buenos Aires una
nueva ola de tomas de colegios secundarios. En esta oportunidad, los
estudiantes reclaman contra la reforma de las currículas (planes de estudio) de
los colegios secundarios que el gobierno quiere implementar a partir de 2013.
La reforma en cuestión plantea dividir la educación secundaria en
dos etapas: un ciclo básico de 2 años y un ciclo superior de 3 donde se desarrollarían
las orientaciones. Comparte con el polimodal menemista la eliminación de las
orientaciones en la secundaria y la degradación de contenidos educativos.
En el caso de la educación técnica, la reforma eliminaría la titulación
específica reemplazándola por orientaciones generales. Se eliminan
especializaciones y se reduce la carga horaria de materias técnicas. De esta
manera, pretenden avanzar en el vaciamiento y en la desvalorización de la
escuela media.
Esta reforma no es nada nuevo. Es la aplicación en la ciudad de
Buenos Aires de la política de la Ley de Educación Nacional de Filmus del año
2006 y de las “recomendaciones” del Consejo
Federal de Educación. Es decir, que el macrismo está aplicando la
política menemista en el terreno de la educación bajo el paraguas de la Ley de Educación
del kirchnerismo. Por eso el kirchnerismo porteño no dijo una palabra a favor de
las ocupaciones de colegios y los reclamos estudiantiles contra la reforma.
Esta reforma ya se empezó a aplicar en la Ciudad. En el año 2009,
las especialidades artísticas fueron modificadas. Así, las escuelas artísticas
dejaron de otorgar título docente a sus graduados para pasar a otorgar títulos orientados.
Es decir, que la reforma sirvió como medio para el vaciamiento.
Pero los colegios secundarios no son los únicos afectados por esta
reforma: los institutos terciarios de formación docente también están sufriendo
una reforma curricular que tiene por objetivo dar validez a todos los terciarios
privados (léase religiosos) que se adapten a la normativa, permitiéndoles seguir
con materias de teología en un 20 por ciento de la cursada; y desarrollar post grados pagos en el terreno de la formación docente.
Tanto macristas como kirchneristas apuran la aplicación de la
reforma como forma de llevar adelante un nuevo ajuste en la educación a partir
de la devaluación de la formación y la precarización. En este sentido, vale
recordar que el macrismo viene de haber cerrado grados y cursos en las escuelas
porteñas en la primera parte del año.
La toma de los colegios secundarios muestra un camino para el
movimiento estudiantil y docente para enfrentar la reforma. Desde Tribuna
Docente llamamos a todo el movimiento estudiantil y docente a defender las
tomas de colegio, extender las ocupaciones a nuevas escuelas y preparar una
gran marcha educativa contra la reforma menemista del macrismo y el
kirchnerismo.
Tribuna docente
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