5.9.12

Reforma en media: una reedición del fracasado “polimodal”

Luego de haber modificado las juntas de clasificación, de haber cerrado grados y cursos y comenzar una reforma en técnica que implica más ajuste y precarización, el gobierno de la Ciudad busca desmantelar el sistema de educación media porteño.

Se busca (al igual que en técnicas) eliminar la formación específica, dividiendo el ciclo lectivo en dos partes, creando un ciclo de formación común, con contenidos generales, y una serie de “orientaciones”, garantizando la pérdida de numerosas horas para docentes y contenidos para estudiantes. El fundamento son los lineamientos de la cuestionada ley federal de educación menemista de 1993.

Las primeras escuelas afectadas son los comerciales y los liceos.

En las últimas jornadas institucionales de las escuelas porteñas, se intentó echarle agua al asunto: en algunos casos se anticipó la nueva currícula, en la que se agregarían horas de clase, se eliminarían y agregarían materias, y se incluirían las orientaciones. La confusión fue mayor: en los últimos años aparecen materias “optativas” que se definirían según la orientación (economía, turismo, etc.), que a su vez, podría ser propuesta por las escuelas. Estamos ante una nueva estafa: se trata de una pantalla “democrática” que oculta una reforma integral en la escuela media y destruye la formación específica transformándola en una “educación orientada”. Se trata de un revival de la avanzada sobre la educación pública que significó la creación del fracasado Polimodal, un producto genuino de la ley federal de educación, que reemplazaba la educación secundaria de cinco años por un ciclo de formación de tres.

La responsabilidad de la debacle educativa, no sería solo de los docentes ni de la su formación, sino que también de la formación curricular de los estudiantes. Por eso, el ataque es polifrontal: paritarias a la baja y ataque a la organización de los docentes por un lado, y modificaciones en los planes de estudio, tanto en media como en los terciarios de formación docente (también incluidos en la reforma) por el otro. La discusión sobre la estabilidad docente es dejada de lado por completo.

El macrismo no se encuentra solo en esta aventura: la celeste kirchnerista de UTE nada dice sobre la reforma en curso, al igual que el resto de la burocracia sindical, que solo se encarga de asegurar la supuesta titularización, en un intento de inmovilizar la organización docente.

Frente a esta situación, es necesario convocar asambleas en nuestras escuelas, para discutir cómo enfrentar esta reforma, exigiendo simultáneamente a las direcciones sindicales que convoquen a una asamblea general que vote un plan de lucha. Este es el camino para enfrentar el ajuste en la educación.

Tribuna Docente

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