15.5.13

Tenemos que frenar el Proyecto de Evaluación



Macri junto a su ministro de educación Esteban Bullrich y al jefe de gabinete Horacio Rodriguez Larreta presentaron un proyecto de ley para la creación del Instituto de evaluación de la calidad y equidad educativa.

El mismo apela como argumentación a la Constitución de la CABA y de la Ley Nacional de Educación 26206 y se enmarca de acuerdo a las disposiciones de las leyes nacionales (Ley 17622, 25326) y de la ley de la CABA (1845).

A través de este proyecto intentan imponer a los docentes una evaluación externa responsabilizando  a  los docentes y alumnos sobre la situación de la educación, quedando afuera de esa evaluación el propio Ministerio de Educación y  su nefasta política educativa.

El director del ente será propuesto por el ministerio de  educación y electo por el ejecutivo porteño y recibirá un salario de subsecretario.

La creación de este Instituto Evaluativo apunta, entre otros objetivos, a introducir lo que se llama salario atado al merito.

El gobierno macrista impulsa este proyecto que permite el ingreso de ONG, empresas privadas y organismos internacionales a través del mecanismo de subsidios y acuerdos económicos.

Por otro lado propone el método de mediciones y estadísticas para  elaborar un “ranking” de acuerdo a la organización y rendimiento de cada escuela.

La política educativa

Varios países de la región como Chile cuentan desde el año 2002 con un sistema de evaluación llamado “Asignación de excelencia pedagógica” que otorga un bono extra  de remuneración luego de un proceso de evaluación.   Es el caso de Ecuador, que ya cuenta con su propio Inst. Nacional de Evaluación Educativa (creado en 2012), que evalúa parámetros a partir de los cuales los docentes cobran sus salarios, descargando la medición de la "calidad educativa" sobre el desempeño específico de los trabajadores.

En otros países, como Estados Unidos, este proceso evaluativo se ha transformado en la llave para despedir docentes que no lleguen a cumplir con ciertos parámetros evaluables. Los ejemplos siguen, pero podemos concluir que en todos los casos han servido para disciplinar al colectivo docente profundizando la tendencia a la privatización y fragmentación del sistema educativo.

La conclusión de los organismos internacionales ha sido que es necesario completar la tarea de las reformas educativas que desde los noventa se vienen aplicando, es decir, modificar el régimen laboral docente tal como lo dijera el propio ministro Bulrrich en el año 2011 “atar el salario docente a la evaluación de su desempeño y capacitación”

El problema de una evaluación en los términos que plantea este tipo de proyecto es que colocan a los que sostienen todos los días las escuelas, docentes, estudiantes y padres, en los responsables de la crisis educativa.

Hay que rechazar este proyecto en el contexto de ataque sistemático a las condiciones de trabajo y estudio que viene realizando el gobierno de la Ciudad, como parte de una política educativa más general que también lleva adelante el Ministerio Nacional de Educación con sus leyes y decretos salariales.

Es necesario organizar la lucha.

Organicemos asambleas por escuelas y distritos, exijamos a los sindicatos una asamblea general de los docentes porteños que vote un plan de lucha para enfrentar este Proyecto.

DESDE TRIBUNA DOCENTE PLANTEAMOS:

Ninguna evaluación docente por fuera de la existente;
Defensa integral del estatuto del docente;
Titularización de los docentes contratados;
Titularización de los programas socioeducativos;
No al salario por mérito;
No a un ranking de escuelas;
4 horas frente a clase y 4 de planificación y capacitación permanente con puntaje;
Salario igual a la canasta familiar en un solo cargo;

Tribuna Docente


En la actualidad hay varias instancias evaluativas regionales y nacionales que realizan una medición en términos de resultados en aprendizajes básicos. Días atrás el ministro Sileoni lanzó el Plan de evaluación educativa nacional para los tres niveles, con el objetivo de recabar información cuanti-cualitaiva.

Este tipo de instrumentos, como las pruebas estandarizadas Pisa, siguen reproduciendo el sentido de medir cuanto saben de matemáticas o lengua un estudiante, sin dar cuenta de las condiciones materiales y sociales de los mismos y del contexto de enseñanza.
Estos resultados, que arrojan entre otros datos el alto nivel de deserción y repitencia del alumnado, inciden en la elaboración de los planes curriculares y reformas educativas.

La ley nacional de educación del año 2006 tiene en parte esa inspiración, adaptar la escuela a la decadencia social y económica atada a las necesidades del flexibilizado mundo laboral. Los mismos que dieron lugar a esa reforma fueron los que estuvieron involucrados en la  Ley Federal de Educación, provocando un verdadero desastre educativo. (Filmus).

La conclusión de este tipo de operaciones es la reducción de contenidos a enseñar, devaluando la enseñanza y estableciendo un nexo directo entre estos fracasos educativos y la responsabilidad docente. Ni una mención a las reformas fracasadas, al salario, al presupuesto educativo, a la flexibilizada tarea docente, etc.

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