Una nueva dirección que enfrente la ofensiva
La
situación educativa en la
Ciudad de Buenos Aires es crítica. La educación viene siendo
una variable de ajuste y un gran laboratorio de reformas políticas
reaccionarias impulsadas por el gobierno nacional y aplicadas por el gobierno
de la Ciudad.
La
evaluación docente se encuentra en el centro de las reformas educativas, tanto
del gobierno nacional como del porteño. Las declaraciones del Ministro Bullrich
al respecto son clarificadoras. Desde 2011, viene planteando tres ejes al
respecto y dando algunos pasos concretos en la efectivización de estas
políticas. Primero, que los resultados de la evaluación a los docentes debe
determinar parte de su salario, poniendo como ejemplo a diversos países que
vienen instrumentando el "salario por mérito". Es decir, el salario
atado a los resultados de una evaluación del propio Ministerio a los docentes,
y no en relación al costo de la canasta familiar y la inflación anual,
rompiendo además con el principio básico de igual remuneración por igual
trabajo. Segundo, las evaluaciones a los alumnos como una forma indirecta de
evaluación a los docentes, que permite ejercer un "control" sobre los
contenidos "enseñados". Tercero, elaborar un rankeamiento de escuelas
según los resultados de las evaluaciones de docentes y estudiantes, impulsando
una "competencia" entre las instituciones para captar recursos y
matrícula.
El
reciente intento de evaluar a los estudiantes de 7mo grado de primaria y 5to
año de media van claramente en ese sentido. Así como también el "Boletín
Mi Escuela" y los intentos desde el año pasado de evaluar a través de encuestas
a los propios docentes. El proyecto de ley presentado en la Legislatura de
creación de un Instituto de Evaluación de la Calidad y Equidad Educativa, no deja lugar
a dudas.
La
inscripción centralizada -on line, en los CGP o a través del personal
contratado por el gobierno de la
Ciudad en las escuelas, ajeno al personal docente- para el
ciclo lectivo 2014 le quita el derecho a las familias a elegir la escuela a los
niños y jóvenes, llevando adelante una distribución arbitraria de la matrícula
que puede ser utilizada para crear una división artificial entre las escuelas
por el origen social y la trayectoria escolar de los alumnos.
La
reforma curricular en media (NESC) viene a completar lo que no pudo la Ley Federal de Educación
menemista, que en la Ciudad
no fue aplicada por la lucha de docentes y estudiantes. La NESC elimina alrededor de 140
modalidades y degrada los títulos y los planes de estudio, cercenando la
capacitación y la formación de los jóvenes. La reciente inclusión de 3
modalidades más a las 10 que establecía el Consejo Federal de Educación, es una
concesión parcial del gobierno porteño y nacional, para que la reforma pase
incluso en las escuelas en donde existía mayor rechazo.
Quizá
donde más se perciba el ajuste sea en el salario docente. La desvalorización de
nuestro sueldo es cada vez más notoria, ya que venimos de un aumento salarial a
la baja, por debajo de la inflación de 2012 y la que va del año, con sumas por
fuera del básico que profundizan el achatamiento de la escala salarial y una
segunda cuota de aumento cobrado en agosto con la que se pretende cerrar hasta
marzo de 2014.
A esto
se le suma la profundización de la precarización laboral a través de los
contratos y el vaciamiento de programas como el de Orquestas y el edificio de
Esmeralda 55; el cierre de grados y cursos; la gravísima situación edilicia de
numerosas escuelas; la falta de vacantes para el nivel Inicial; la necesidad de
construcción de escuelas de todos los niveles; el permanente vaciamiento de los
Equipos de Orientación Escolar, generando una mayor presión en los docentes que
enfrentan problemáticas que los exceden y dificultando el trabajo de los
profesionales de los Equipos; la eliminación de las funciones históricas de las
Juntas de Clasificación; la necesidad de una reforma de la jornada laboral que
permita la capacitación en servicio y la planificación, etc.
Por la
unidad del gremio docente. Recuperar Ademys para recuperar la iniciativa
El
primer dato de la situación educativa es la gran ofensiva de los gobiernos
contra la educación pública y las condiciones laborales de los docentes. El
segundo dato, sin duda, es la parálisis de las conducciones sindicales.
La
celeste de UTE, en su integración al gobierno nacional, deja pasar todos los
avances del macrismo en educación. Como mucho, suele convocar a conferencia de
prensa cuando evalúa que una denuncia "mediática" al macrismo puede
redituarle algo al kirchnerismo en su imparable debacle.
La
violeta de Ademys viene apostando a una integración con la otra 'pata' de la
burocracia sindical: la CTA
de Micheli. Esta integración no se da sólo en lo sindical, sino también en lo
político. Han apostado a un apoyo vergonzante a la centroizquierda de Claudio
Lozano, cuyo más claro pronunciamiento en materia educativa fue haber votado a
favor de la Ley Nacional
de Educación. Esta integración de la violeta a la burocracia sindical y la
centroizquierda patronal ha convertido a Ademys en un sindicato vaciado,
paralizado e impotente para luchar contra el macrismo y en defensa de los
trabajadores de la educación y la escuela pública.
La
violeta de Ademys ha llevado adelante una política de manifiesta adaptación a
la celeste de UTE. Ha desenvuelto una política de hostilidad hacia las
corrientes de oposición a la celeste de UTE y una asimilación a la conducción
kirchnerista, paralizando el sindicato, aislándose del activismo y las
agrupaciones combativas, y poniendo de manifiesto que tanto el yaskismo de UTE
como el michelismo de Ademys son impotentes para darle una salida al gremio
docente.
Necesitamos
una nueva dirección que enfrente los ataques del gobierno nacional y local, e
impulse y organice la necesaria rebelión docente contra los ajustes y las
reformas reaccionarias contra la educación.
Estas
elecciones de Ademys se producen a escasas semanas de las elecciones
legislativas en donde claramente hubo una derrota sin atenuantes por parte del
kirchnerismo que no pudo colocar a Daniel Filmus -candidato de la celeste de
UTE- en el Senado, y una debacle y disgregación total del centroizquierda con
la magra elección de Camino Popular y el MST -listas apoyadas solapadamente por
la violeta de Ademys y la CTA
de Micheli. Estas derrotas de las dos alas de la burocracia sindical contrastan
con la importante elección del Frente de Izquierda y los Trabajadores que ha
consagrado cuatro diputados nacionales, varios legisladores provinciales y
concejales municipales, y al legislador porteño Marcelo Ramal. Esto constituye
un salto cualitativo en la situación política en la que los trabajadores han
encontrado en la izquierda una referencia política contra el ajuste de ambos
oficialismos.
Nuestra
lista en Ademys -Frente Multicolor- forma parte de esa lucha política profunda
de ruptura de los trabajadores con las diversas variantes de la burocracia
sindical y los partidos patronales, y es parte de las luchas que el gremio
docente viene dando en numerosos distritos y a nivel nacional contra la
burocracia sindical de Hugo Yasky y Stella Maldonado (FURA de ATEN, Multicolor
de SUTEBA y Ctera, etc.).
Te
invitamos a sumarte a la campaña por una nueva dirección en Ademys y por la
unidad del gremio docente contra las políticas de ajuste.
TRIBUNA DOCENTE
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