En los principales distritos del
país, el paro docente fue aplastante. En la Ciudad de Buenos Aires, con su
principal gremio -UTE- militando febrilmente en contra, la huelga superó el
75%.
En Buenos Aires, a pesar del Suteba
de Baradel, los índices de acatamiento van entre el 80 y el 87% en promedio,
pero en el conurbano y en los principales distritos o ciudades del interior
provincial, la huelga se acerca al 95%.
En Aten, recientemente recuperado
por la izquierda anti burocrática de manos de la Celeste, el paro fue del 100%
y la columna de más de 8000 docentes fue la más importante de la movilización
que sí se realizó en Neuquén.
En Santa Fe, en Rosario el paro fue
total (impulsado por la combativa Amsafe-Rosario), también en San Lorenzo
-centro del parazo y de los cortes del cordón industrial de esa región-, y con
paros muy altos en los departamentos de San Martín y de Rafaela.
En Tierra del Fuego el paro fue
masivo, y en la provincia de la Presidenta, Santa Cruz, superó el 80%. En Entre
Ríos, en las seccionales dirigidas por la oposición el paro fue también masivo.
Lo propio vale para el Chaco, Mendoza y Misiones.
De una punta a otra del país quedó
expuesta claramente la fractura entre los trabajadores de la educación y la
dirección kirchnerista de Hugo Yasky, Stella Maldonado y Roberto Baradel.
La etapa abierta por el
extraordinario triunfo de los sectores antiburocrático y de la izquierda del
Fura en Aten y la tendencia a la huelga nacional docente -a pesar de la acción
carnera de la dirección celeste- plantea concretamente la tarea de poner en pie
una nueva dirección en Ctera.
Tribuna Docente
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