24.6.12

JUICIO POR MARIANO FERREYRA


Una cuestión política para todo el movimiento obrero

 

El viernes 16 de junio, en ocasión de la actividad relacionada con el XXI Congreso del Partido Obrero que se desarrolló en Rosario, Jorge Altamira dio una charla en el local de La Toma sobre la situación mundial y sobre el ascenso de la izquierda. La primera parte de la disertación estuvo enteramente consagrada a la campaña política del Partido Obrero frente al comienzo del juicio oral y público por el crimen contra nuestro compañero Mariano Ferreyra, que deberá comenzar el 6 de agosto.

Está previsto para el próximo 6 de agosto el comienzo del juicio oral y público contra los asesinos de nuestro compañero Mariano Ferreyra.

Nuestro partido va empeñar sus mayores esfuerzos en el desarrollo de este juicio, para que sean condenados todos los responsables. Más allá de lo que nos une a sus compañeros de partido con Mariano, su figura se ha transformado en un emblema para la juventud trabajadora y estudiantil. Incluso ha trascendido más allá de las fronteras. De alguna manera se ha transformado en un símbolo convocante para miles y miles de jóvenes. Por este motivo, en el Congreso del Partido Obrero discutiremos cómo nos movilizaremos para conseguir una condena para todos los responsables del asesinato de Mariano Ferreyra -incluidos los responsables políticos que, como en todos los juicios, son los casos más difíciles de probar.

Tomemos el papel de la Policía, pues sin su colaboración este crimen nunca se hubiera podido perpetrar. Ella jugó un papel activo al facilitar el ingreso de la patota y, por sobre todas las cosas, al organizar la fuga de la misma. Es decir que fue activa en el intento de eliminar las pruebas de quienes habían participado en este crimen político. A pesar de esta complicidad en la ejecución del crimen, la Policía sólo va a ser juzgada por abandono de persona; es decir, por haber tenido una actitud negligente y, en ese caso, las penas van a ser menores. El punto no se reduce a esto. Ningún comisario de seccional asume la responsabilidad de participar activamente en un crimen de esta envergadura (en un crimen político contra la clase obrera) y la Justicia ha reunido las pruebas de que en esto están comprometidas las máximas autoridades de la Policía Federal. En el expediente judicial aparece una interrupción de unos tres minutos en las comunicaciones radioeléctricas entre Barracas y la Jefatura de Policía, que están borradas para salvar la responsabilidad de la Jefatura.

En el crimen de Mariano Ferreyra está comprometido el conjunto del aparato del Estado. En febrero de 2011, uno de los policías que va a ser juzgado -sólo por abandono de persona- fue ascendido dentro de la Policía (sólo más tarde, cuando quedó en evidencia que iba a ser juzgado por este crimen, fue exonerado). Fue ascendido por Nilda Garré, la ministra de Seguridad perteneciente al Frente Grande (el ala anti-imperialista, izquierdista del gobierno nacional). De manera que se desenmascara la responsabilidad también de esta figura en el crimen de Mariano Ferreyra. Se trata de una batalla política muy importante y ningún militante del Partido Obrero debiera dejar de mencionarla en ninguna circunstancia y en ninguna oportunidad. Y debe preguntarse en cada momento: “¿qué puedo hacer yo, qué convocatoria puedo hacer para desenvolver en mi ámbito de actividad, para que haya un intenso seguimiento, una intensa movilización en el curso de este juicio oral y público?”. Por ejemplo, pensando en Rosario, en el Cordón, etcétera: ¿cómo organizar reuniones informativas semanales en las que el Partido Obrero ofrezca a la población toda la información sobre la marcha del juicio, la caracterización política de su desarrollo y convocar a los participantes a sugerir vías de acción?

En la semana que acaba de transcurrir se produjo una novedad importante. En el curso de la crisis de la CGT, José Pedraza mandó -desde la cárcel- la orden de que su sindicato vote en contra de Moyano en la próxima elección del secretario general de la central obrera. Entonces, la Unión Ferroviaria, por mandato de Pedraza -quien está preso por un crimen- aparece apoyando la maniobra del gobierno de regimentar la CGT con figuras digitadas por la Casa Rosada. ¡Se trata de un hecho extraordinario! El hombre no va a estar presente, pero ha designado a sus representantes para apoyar la línea política del gobierno, porque -independientemente de las críticas y de las denuncias que se le puedan hacer a Moyano- es claro que el gobierno ha decidido transformar la central en una sucursal de la Casa Rosada.

¿Qué significa esto? ¿Significa que Pedraza está comprando su absolución por medio del apoyo al gobierno nacional? Esto todavía no lo podemos aseverar. Pero la cuestión es ésta: ¿se le va a reconocer a la burocracia pedracista una representación en el congreso cuando está involucrada en el crimen político de un joven trabajador y estudiante? Está planteada aquí una cuestión política de la misma envergadura. Exactamente lo que nosotros planteamos en la plaza de Mayo el 21 de octubre -un día después del asesinato de nuestro compañero, en una movilización de repudio gigantesca, que nos llevó a un enfrentamiento con el gobierno, el cual pretendía eximir su responsabilidad de esta cuestión. Señalamiento este muy importante, que quiero que ustedes recojan, que discutan y que tiene que ser patrimonio mucho más allá de las fronteras del Partido Obrero y del Frente de Izquierda. Tiene que ser realmente una causa popular. Y no sólo tiene que ser una causa popular: se ha transformado en un problema esencial dentro del movimiento obrero, a partir del papel que juega esta patota dentro del congreso de la CGT. El gobierno está buscando votos para imponer su propia dirección dentro de la central sindical y, para eso, no le hace asco a la que elija la burocracia pedracista de la Unión Ferroviaria.

Este es un problema político crucial. Si nos detenemos un momento, vemos toda una cantidad de ramificaciones, donde lo más significativo son los claroscuros, pues el cristinismo de paladar negro sostiene a una burocracia sindical que desautoriza al mismo tiempo que reivindica los derechos humanos. Muchos K me dicen: “Altamira, cómo nos podés decir eso, si nosotros vamos contra Menéndez, contra éste, contra el otro…”. Este es un argumento falaz, la política burguesa está hecha así, son todas maniobras: se finge una cosa, se hace otra; un viejo enemigo pasa a ser un amigo; Boudou venía de la Ucedé, ahora es vicepresidente; Alberto Fernández armó la campaña para que Néstor Kirchner sea presidente, ahora está afuera. Así es la política burguesa, no se pueden presentar sus oposiciones aparentes o sus contrastes como si fueran contradicciones absolutas.

Como se puede ver, este juicio oral y público plantea un problema político en el movimiento obrero y en el país. Nosotros, el Partido Obrero, lo vamos a desarrollar en estos términos; porque la única forma que imaginamos -si se puede decir así- “vengar” el asesinato de Mariano, o de cumplir con lo que nuestro compañero hubiera esperado de nosotros, pasa por demostrar que este crimen hunde sus raíces en las contradicciones de clase de la sociedad capitalista y que la sociedad capitalista no puede vivir sin perpetrar estos crímenes. De otro modo, este proceso judicial, este juez, el otro juez, ¿qué importan?

Hay más maniobras. Por cuerda separada se tramita otro juicio por un intento de soborno a otros jueces para que lo dejen libre a Pedraza y su patota, un juicio por coimas. En este juicio se encuentra en marcha una tentativa de pasar las actuaciones a la Justicia Federal, con la expectativa de que sea archivada.

Estamos frente a una magna tarea. Para cumplirla, pedimos que transmitan este mensaje, que acerquen a esta lucha a las relaciones cotidianas de ustedes, a sus familiares; pero esto debe ser hecho a partir de núcleos organizados de difusión, junto al Partido Obrero.

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