6.4.15

Cómo el impuesto al salario afecta a los docentes

El pasado 31/3 se produjo un paro nacional contra el cobro del impuesto a las ganancias sobre los trabajadores asalariados.

Voceros y dirigentes sindicales cercanos al gobierno nacional, y la propia CFK en cadena nacional, salieron a atacar a los afectados por el impuesto, a quienes caracterizaron como una minoría acomodada de los trabajadores, reclamando "solidaridad" con los que menos tienen.

Por su parte, el Jefe de Gobierno porteño y candidato a Presidente, Mauricio Macri, declaró que el impuesto a las ganancias es “una estafa más del proceso inflacionario” que provoca una injusticia hacia los que están afectados.

Ademys fue el único sindicato docente que en la Mesa Salarial y de Condiciones Laborales presentó un pliego reivindicativo que contempla el reclamo hacia el gobierno de la ciudad: que absorba el impuesto, como hace con los trabajadores del Banco Ciudad, a través de un complemento salarial que compense lo perdido por descuento de ganancias.

Al tiempo que el gobierno de la ciudad se niega a llevar adelante esta política, profundiza los beneficios a la especulación financiera, inmobiliaria y del juego, convirtiendo a la ciudad en una gran plataforma de negocios capitalistas, ajustando los presupuestos de los servicios sociales y propiciando la privatización en beneficio privado.

La demagogia del macrismo frente a este tema es sólo eso: donde gobiernan, lo hacen con los mismos métodos y carácter que el kirchnerismo.

El sindicalismo kirchnerista, en contra de los trabajadores

La dirección kirchnerista de UTE ha rechazado en repetidos plenarios la moción de Tribuna Docente por la abolición de la cuarta categoría (trabajadores y jubilados) con argumentos insostenibles: que el impuesto al salario es una política de “redistribución de la riqueza…”.

Los docentes somos un sector de trabajadores afectados por el impuesto a las ganancias. Se calcula que alrededor del 20% de nuestro gremio está afectado. En prácticamente la totalidad de las escuelas hay docentes que sufren el descuento de “ganancias” sobre su salario.

El problema principal es que el impuesto a las ganancias sobre los salarios es una operación de confiscación del salario. El salario de los trabajadores termina siendo el sostén del “modelo”, ya que un salario bruto de $20.000 termina tributando entre los aportes y ganancias alrededor de un tercio para el fisco.

Si contabilizamos el IVA que se paga en todos los productos comprados y los impuestos antes mencionados, alrededor del 50% del salario va al fisco, que luego se destinan al pago de la deuda pública, subsidios a los capitalistas y diversos planes sociales que en definitiva son financiados por los propios trabajadores.

El impacto de Ganancias sobre los trabajadores docentes

Desde hace años que el mínimo no imponible no se actualiza. Está vigente el decreto 1242/2013, que establece que sólo están alcanzados por Ganancias los asalariados y jubilados que entre enero y agosto de 2013 tuvieron haberes brutos superiores a $15.000 por mes. Y establece que están eximidos del impuesto los que ganaban menos que $15.000, sin importar si desde septiembre de 2013 cobran más.

Quien ingresa a un primer trabajo tributa el impuesto si su remuneración supera los $15.000 (sueldo bruto). Es decir que un docente que comienza a trabajar con posterioridad a septiembre de 2013 está alcanzado por Ganancias trabajando lo equivalente a dos cargos testigo o 40 horas cátedra, sin antigüedad.

Particularmente, afecta a docentes con la máxima antigüedad, tanto maestros de grado o cargos equivalentes, como profesores por hora cátedra.

Los directivos y supervisores están prácticamente afectados en su totalidad, incluso jubilados.

Estas distorsiones generan una especie de “corralito” por partida doble. Los docentes que aspiren a ascender se verán afectados por el impuesto a las ganancias; lo mismo que los que acumulen más de dos cargos o equivalentes en horas cátedra, o salgan del mínimo a través de la antigüedad.

Las distorsiones del salario docente generan una situación insostenible

Ganancias no solamente genera una serie de distorsiones al salario docente. Los últimos acuerdos entre el gobierno PRO y la dirección K de la UTE han llevado al extremo la crisis salarial.

Por ejemplo, docentes que entre enero y agosto de 2013 tenían una cantidad de horas cátedra y antigüedad (supongamos 52 horas cátedra y 20 años de antigüedad), superando los $15.000 de bruto, y en los últimos años perdieron horas producto de los cierres de cursos, de los ceses arbitrarios por la aplicación de la ley de profesor por cargo, por la aplicación de la NES o por motivos estatutarios, hoy se encuentran con menor cantidad de horas, con menor salario, pero afectados por el impuesto a las ganancias.

Siguiendo el ejemplo de docentes con más de 50 horas cátedra y máximo de antigüedad, hoy, teniendo en cuenta la distorsión del Decreto 483 que se paga en su totalidad hasta la hora 38, y el descuento de Ganancias, cobran de bolsillo en promedio por cada hora menos que el valor mínimo de la hora cátedra ($ 360).

Además, en muchos casos no se aplica o se aplica mal la resolución 3525/2013 que explicita que para la determinación del límite de los $15.000 “se considerarán las remuneraciones mensuales, normales y habituales, entendiéndose como tales aquéllas que correspondan a conceptos que se hayan percibido, como mínimo, durante al menos seis meses del período al que se hace referencia en dichos artículos”. Es decir, durante seis meses de los ocho que van de enero a agosto.

De aquí se desprende que ni las vacaciones ni el medio aguinaldo ni horas extras ni otros adicionales percibidos durante menos de seis de esos ocho meses se debían considerar para el cálculo de los $15.000 de sueldo bruto límite a los fines de Ganancias. (Clarín, 01/04/2015). Por lo tanto, cuando el gobierno de la ciudad abona varios meses juntos por retraso en el pago de los haberes no corresponde que se descuente Ganancias como si fueran haberes normales y habituales.

¡Vamos por la abolición del impuesto!

El impuesto al salario afecta al conjunto de los trabajadores de la educación. De manera directa, a alrededor del 20% del gremio. Y potencialmente, a todos los docentes conforme ascienden, acumulen cargos o sumen antigüedad. Es un “corralito” al salario mínimo.

La posición de la celeste de UTE es la posición del gobierno nacional y sus voceros: carga fiscal estricta sobre los trabajadores y exenciones impositivas al capital, la industria y la especulación financiera.

Organicémonos por la abolición del impuesto al salario y, transitoriamente, por su absorción por parte del gobierno de la ciudad hasta lograr la abolición.

TRIBUNA DOCENTE CAPITAL
LISTA ROSA NACIONAL

Conducción Multicolor en Ademys
Oposición antiburocrática en UTE

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